En nuestra cultura occidental hemos considerado el olfato como un sentido de segunda categoría, junto con el gusto y el tacto, desde la perspectiva estética. Los sentidos nobles son el oído y la vista y por eso son los sentidos de las llamadas bellas artes. Las tradicionales siete, o la más moderna del cine están ligadas a uno de estos dos sentidos o a ambos. El tacto por su parte tiene presencia humana como fuente de goce y placer, sobre todo en la relación sexual y también ha estado presente en la historia de pasiones y obsesiones, con mayor razón de asesinatos. Sin embargo, nos queda difícil concebir que pueda darse la pasión obsesiva, la búsqueda de la belleza y del amor, a costa de cualquier precio, por medio del olfato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario